viernes, 31 de julio de 2009

2 Expos!

No se porqué pero me da mucha pereza ir de exposiciones. Supongo que el estar trabajando fuera de la capital es suficiente excusa. Antes, cuando lo hacía en el centro, era más fácil quedar para tomar unas cañas e ir al teatro o a actos con amigos o compañer@s.

En relación a esto tengo pendientes dos exposiciones en el Museo del Traje de Madrid. Para la primera tengo tiempo puesto que hasta enero de 2010 va a estar "en cartel". Se trata de un recorrido por el siglo XX desde el punto de vista de la moda.

Pero sobretodo en mi calidad de zapatómana tengo ganas de ir a ver la exposición "Tacones de aguja. Fascinación y seducción". Seguro que me vuelvo loca. Iré cámara en mano (espero que dejen sacar fotos), aunque me tengo que dar prisa! porque sólo están hasta finales de este mes.

Creo que son dos citas que no nos podemos perder aquell@s que sin ser fashion victims nos interesa la moda y el mundo que la rodea.

jueves, 30 de julio de 2009

Mis encargos: pendientes


Casi por casualidad, nos conocimos. Puede decirse que es una de las cosas buenas, o de las pocas cosas buenas, que paso en el verano del ¿2005? sea como fuere congeniamos enseguida. Puede ser que la adversidad nos uniera o también que simplemente nos sintíeramos muy identificadas la una con la otra.






En realidad yo soy fan, suyo, claro. Es una mujer con la sensibilidad a flor de piel, con creatividad a raudales y con todas las cualidades para triunfar en todas aquellas empresas que desee poner en marcha.

Ahora vive uno de los momentos más felices de su vida, y yo me alegro mucho por ella. Aunque hace mucho que no nos vemos, supongo que ella sabe, como yo, que siempre estaremos ahí.














Os recomiendo Calle Duende , si sois pendiente-adictas, como yo. Y os dejo una pequeña muestra de mis encargos, que estoy deseando estrenar (prometo foto).

Ah! sólo una cosa más, no dejéis de visitar su Devezencuandario, y es que esta chica vale para todo.

Olé mi Noelia.

miércoles, 29 de julio de 2009

Baños árabes en el centro de Madrid

El día era el más propicio, tras unas semanas de nervios, miedos, incertidumbres, al fin se desató la tormenta, para luego pasar a una calma, tensa. Por eso era el día propicio, porque volver al Medina es siempre una manera de relajarte, de desconectar. Supongo que me encanta ir porque me recuerda tanto al Hamman al que íbamos en Damasco... Y durante dos horas sólo tienes que preocuparte por una cosa: dejar la mente en blanco.